miércoles, 12 de agosto de 2015

España ha pasado a liderar por primera vez el índice mundial de competitividad turística elaborado por el World Economic Forum (WEF). Sus recursos culturales, infraestructuras y adaptación a los hábitos de consumo digitales han sido claves para lograr ese primer puesto. Sin embargo, varios expertos llaman la atención sobre diferentes aspectos del ránking no tan brillantes que obtiene nuestro país.
El ranking “The Travel and Tourism Competitiveness Report” del WEF sitúa a España como el destino más competitivo del mundo, entre un total de 141 países evaluados.

El informe analiza las fortalezas y debilidades de cada país a través 14 indicadores diferentes, con el fin de establecer si su sector turístico es sostenible económicamente y cómo distribuye los beneficios sociales de dicha actividad económica. Es la primera vez que España lidera este índice, que comenzó a elaborarse en 2007 y se actualiza cada dos años.
De este modo, España obtiene la posición de liderazgo gracias principalmente a “sus recursos culturales (1er puesto global), su capacidad para figurar entre los primeros puestos en las búsquedas online de ocio (4ª posición) y sus excelentes infraestructuras turísticas (4ª posición), según explican los autores del informe.
Otras economías avanzadas, que igualmente son destinos turísticos de fama mundial como Francia, Alemania, Estados Unidos, Reino Unido, Suiza, Australia, Italia, Japón y Canadá completan el top 10. Entre los mercados emergentes, destaca la posición de China (17) y de Brasil (28).

Pocas facilidades para los negocios
Así, el informe desvela una serie de puntos débiles que no deben ser pasados por alta o infravalorados. Por ejemplo, en el apartado de “Facilidades para los negocios”, España ocupa el puesto 100 de 141.
“De forma recurrente, y no solamente en este estudio sobre el turismo, aparece España como un país que no facilita la creación de nuevas empresas. Los propios poderes públicos lo han reconocido y, recientemente, han puesto en marcha nuevas medidas, como la autorización preventiva, que sin embargo tienen una efectividad práctica limitada”, explica Germán Porras.
Por tanto, añade, serían necesarias “nuevas medidas que corrijan el conjunto de trabas burocráticas y la lentitud de los procedimientos exigidos para la creación de negocios”.
“En España este panorama de dificultades administrativas se ve agravado por la dispersión regulatoria turística derivada de la descentralización político-administrativa. La necesidad de una armonización es imperativa”, añade Germán Porras.
Desde el bufete Legal Travel, firma de abogados especializados en el sector turístico, también se advierte sobre este aspecto: “un sistema jurídico ineficiente y los largos procesos para obtener permisos y licencias administrativas nos sitúa a la cola de países ideales para hacer negocios, dejándonos en el puesto 100, en una peor posición que países que son clara competencia de España en el turismo del Mediterráneo como Egipto (puesto 95); Marruecos (puesto 42), la Republica Dominicana (puesto 88) o Portugal (puesto 58)”.
Legal Travel defiende “la necesidad de contar con una legislación armonizada a nivel nacional en todo lo relacionado con el sector turístico que facilite a emprendedores, empresarios e inversores extranjeros el establecimiento de negocios relacionados con el turismo”.
Factor precio
Por lo que respecta a la competitividad de precios (apartado que refleja lo que cuesta viajar a un país o invertir en él) España ocupa el puesto 105.
Por citar otros países, Suiza ocupa el puesto 141; Reino Unido, 140; Francia es 139; Alemania, 126; Estados Unidos, 102.
Según apunta Germán Porras, el puesto 105 de España refleja “una aparente contradicción. Por un lado el sector turístico señala que es necesario crecer en rentabilidad y no sólo en número de turistas. Por otro lado, tenemos unos productos turísticos que a los clientes les parecen caros. Habría que hacer una profunda reflexión sobre la relación precio/calidad de nuestros productos”.

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